Es un método mínimamente invasivo para diagnosticar y tratar problemas articulares. En la artroscopia se utiliza una cámara y un instrumental motorizado diminuto, de manera que las incisiones en la piel no pasan de 1 cm.
Articulaciones susceptibles de artroscopia
Se utiliza en rodilla, hombro, cadera, tobillo, codo y muñeca. Es un procedimiento diagnóstico y terapéutico, es decir, el médico diagnostica y cura a la vez en el mismo proceso.
Si su dolor tiene más de dos semanas es mejor buscar un traumatólogo. Es el médico encargado de la salud de sus articulaciones. Le puede recomendar medicinas como analgésicos o protectores del cartílago que alivien la sintomatología, infiltraciones o algún procedimiento quirúrgico que remedie el problema.